Más allá de la escuela, ocurre un aprendizaje inevitable que es tan o mucho más que importante y vital que los contenidos académicos que llamamos y encapsulamos como educación. Y lo más bonito es que nosotras como madres y padres, podemos ser parte muy activa en esto.
Pam Sorooshian es una mamá unschooler experimentada con ya tres hijas adultas, que comparte increíbles reflexiones de su experiencia.
Vivas sin escuela o con escuela, esta recopilación puede serte de utilidad, de inspiración, porque independientemente de la escolarización, compartimos la vida con nuestros hijos e hijas y todo ese tiempo es muy valioso y además corresponde a gran parte de la educación y de los valores que serán cimiento de sus vidas.
Los Principios de Unschooling
El aprendizaje ocurre todo el tiempo. El cerebro nunca deja de trabajar y no es posible dividir el tiempo en “periodos de aprender” y “periodos de no aprender”. Todo lo que sucede alrededor de una persona, todo lo que escuchas, ves, tocas, hueles y saboreas, tiene como consecuencia aprendizaje.
Aprender no requiere coerción. Ni amenazas ni represión. De hecho, aprender realmente no puede ser forzado en alguien que no quiere. La coerción hace sentir mal y solo puede crear resistencia.
Aprender hace sentir bien. Es satisfactorio y tiene recompensa intrínseca, por sí mismo. Otro tipo de recompensas que no tienen que ver con el hecho de aprender pueden tener efectos inintencionados que no respaldan ni apoyan el aprendizaje.
El aprendizaje se para cuando la persona está confusa. Todo aprendizaje debe ser construido sobre lo que ya conocemos.
El aprendizaje se vuelve difícil cuando la persona está convencida de que aprender es difícil. Desafortunadamente, la mayoría de los métodos de enseñanza asumen que aprender es difícil y esa lección es la que realmente es “enseñada” a los estudiantes.
Aprender debe tener significado. Cuando una persona no ve el sentido, cuando no sabe o entiende como la información tiene que ver o es útil “en el mundo real”, entonces aprender es superficial y temporal – no es aprendizaje “real”.
Aprender a veces es accidental. Esto significa que el aprendizaje sucede mientras realizamos actividades por propio gusto y placer y el aprendizaje ocurre como un efecto secundario.
Aprender es a veces una actividad social, no algo que pasa aislado de los demás. Aprendemos de otras personas que tienen habilidades y conocimientos que nos interesan y nos dejan aprender de ellas de diversas maneras.
No tenemos que ser examinados para averiguar que hemos aprendido. El aprendizaje será demostrado cuando usemos nuevas habilidades y hablemos con conocimiento sobre un tema.
Sentimiento e intelecto no son opuestos, ni siquiera son cosas separadas. Todo aprendizaje involucra emociones igual que el intelecto.
Para aprender es indispensable sentirse a salvo. El miedo bloquea el aprendizaje. La humillación, la vergüenza, estrés y ansiedad, boquean el aprendizaje.
La idea de todo esto es que más allá de la escuela hay otros tipos y formatos de “escuela” o entornos de aprendizaje. Cuando puedes caminar así, con la seguridad de que la información está y que podrás acceder a ella cuando sea necesario, puedes dar prioridad a la parte humana. Y así, la escuela es simplemente LA VIDA, y utilizar todo lo que en ella pasa es el secreto. Exprímelo, en tu día a día está todo. Esto puede hacer que te replantees tu día a día. La escuela no tiene ningún secreto guardado que contar a una madre.
Si puedes ver la vida y el día a día como escuela, eso es el unschooling, y su extensión el worldschooling.
Además, como el aprendizaje no se reduce solo a las horas de cole, da igual el modelo educativo que sigan en tu familia, el resto de horas del día también puedes decidir cómo vais a hacerlo.